
Los seres humanos desarrollan su actividad profesional en un ambiente que puede deteriorar su estado de salud a corto, medio o largo plazo. La energía que les rodea en sus diversas formas: electromagnética (luz, rayos), calorífica (calor, frio), mecánica (ruido, vibraciones), puede dañar sus organismos.
Los sonidos forman parte de nuestra vida cotidiana, convivimos con ellos y, de alguna manera, se puede decir que son nuestros compañeros habituales. La mayoría de las veces estos sonidos se vuelven agresivos para las personas tanto en su ambiente laboral como extralaboral, lo que conlleva a que sean uno de los grandes contaminantes en la actualidad.